La vida pone situaciones que uno no espera, pero que cuando llegan, son momentos cruciales y mantienen a mucha expectante ante la difícil cuestión.
Una inesperada emergencia médica encendió las alarmas en el mundo del espectáculo, poniendo en vilo la salud del querido actor Pablo Alarcón.
A sus 77 años, el artista se vio obligado a interrumpir su gira teatral con la obra Es complicado al tener que ser ingresado de urgencia en una clínica privada de General Roca, en la provincia de Río Negro. El cuadro inicial que motivó la consulta fue diagnosticado como neumonía y una preocupante falta de oxígeno.
La noticia, que se difundió rápidamente, generó gran inquietud entre sus allegados y el público, dado el delicado historial médico que Alarcón ha enfrentado a lo largo del año. Según reportó el entorno, la situación fue tan grave que el propio actor debió acudir a la guardia, presentando un estado de «muy decaído».
Si bien recibió atención inmediata por parte de los profesionales, una de las mayores preocupaciones que trascendió fue la posible decisión del artista de no permanecer internado por motivos económicos, considerando el alto costo que implica una hospitalización en el sector privado.
A pesar de la indicación, el actor optó por continuar su recuperación fuera del centro médico. Durante este difícil momento, Alarcón no estuvo solo. Su ex pareja y madre de sus dos hijas, la actriz Claribel Medina, se hizo presente en la clínica para acompañarlo y brindarle contención.
Testigos aseguran que la actriz demostró una gran afectuosidad y estuvo atenta a cada detalle de su bienestar. Horas después de la atención, el propio protagonista de Regalo del Cielo buscó llevar tranquilidad a su público al enviar un audio.
Con su característico buen humor, minimizó el hecho: «Tenía fiebre y catarro, me hice ver y nada más que eso. Estoy bien, no se preocupen. No se asusten. ¿Qué va a ser de nosotros sin Alarcón?», expresó, buscando aliviar la tensión.
No obstante, esta reciente crisis de salud no es un episodio aislado en 2025. Meses atrás, Pablo Alarcón ya había enfrentado dos momentos de extrema vulnerabilidad. En el mes de julio, sufrió un desmayo mientras conducía por Palermo, lo que derivó en un choque contra vehículos estacionados.
Tras el accidente, los médicos decidieron colocarle un marcapasos para regular su ritmo cardíaco. Previamente, había sido internado a causa de una neumonía bilateral, por la que sus hijas incluso tuvieron que solicitar donantes de sangre.
Pese a los constantes desafíos de salud y a su notable vitalidad para seguir trabajando a su edad, sus allegados se mantienen cautelosos y expectantes ante su evolución.
El deseo unánime es que el actor, reconocido por su extensa y exitosa trayectoria en cine, teatro y televisión, logre una pronta y completa recuperación para retomar las tablas que tanto ama.