Hay situaciones que enseguida se vuelven virales por lo llamativo y resonante de lo que se esta tratando y hablando.
Marina Calabró, una de las personalidades que tiene el periodismo de espectáculos, se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta, pero esta vez, la polémica no tiene lugar en un estudio de televisión, sino en las calles de Nuñez.
Los vecinos de su barrio han elevado una grave acusación en su contra, viralizando una fotografía que la «escracha» por una imprudente y reprochable falta de tránsito que compromete la accesibilidad.
La denuncia, difundida a través de la cuenta de chimentos Gossipeame, muestra el vehículo de la periodista estacionado en una posición completamente antirreglamentaria: sobre la senda peatonal y, peor aún, obstruyendo parcialmente la rampa destinada a personas con discapacidad.
La imagen no solo generó indignación en las redes, sino que se convirtió en el detonante de una furia vecinal que, según los denunciantes, lleva meses escalando.
Este nuevo incidente revive un conflicto de convivencia que Calabró ya había minimizado a mediados de año. En aquel entonces, la queja provenía de un vecino (ubicado en la misma cuadra del también periodista Rolando Barbano) que la había acusado de bloquear deliberadamente la entrada de su garaje.
En esa ocasión, la hermana de Iliana Calabró habría restado importancia a la situación, sin siquiera ofrecer disculpas por las molestias ocasionadas. Sin embargo, la reincidencia en faltas graves de estacionamiento parece haber colmado la paciencia de quienes viven en la zona.
Lo que agrava la situación actual es el testimonio de quienes fotografiaron la escena: aseguran que el auto permaneció en esa ubicación hasta el día siguiente, descartando la excusa de haberlo dejado «solo por unos minutitos».
Pochi, la responsable de Gossipeame, si bien reconoció públicamente que la zona de Nuñez presenta grandes complicaciones para encontrar un lugar para dejar el vehículo, fue tajante al señalar que esto no justifica «tirarlo en cualquier lado», especialmente cuando se interfiere con el derecho a la circulación y la accesibilidad.
Hace unos días se hizo viral la columna de Marina Calabro hablando de los Martin Fierro:
El «escrache» digital podría tener consecuencias concretas. Más allá de la repercusión mediática, existen reportes no confirmados de que algunos vecinos ya habrían tomado fotografías de la patente y elevado una denuncia formal a las autoridades del Gobierno de la Ciudad.
El hartazgo del barrio es palpable y pone a la periodista en una incómoda situación que trasciende el ámbito del espectáculo. La gran pregunta ahora es si Marina Calabró será consciente del valor de las infracciones que habría cometido y del impacto que su actitud negligente tiene en la calidad de vida de sus vecinos.