Los Kirchneristas instalaron casi desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri, la frase «Macri es hambre», y la repiten como loros sin cesar.
Tal vez pensando que Macri tiene la obligación de darles de comer en la boca, olvidándose que todo adulto sano es responsable de conseguirse el sustento para él y los suyos.
Y hace un tiempo que está circulando en las redes sociales un video que grabó un señor que tiene un taller mecánico nada menos que el partido de La Matanza, tierra Kirchnerista, si las hay.
El mecánico en pocos minutos dice la justa sobre la realidad de la país y de cómo son algunos argentinos que dan vergüenza ajena, al decir que Macri es hambre.
Dice el mecánico «Criticar es fácil. Estar sentando tomando una cerveza, estar boludeando y no tener las manos sucias. Criticar al otro es lo que hizo siempre el argentino, criticar, criticar, criticar, pero poner el hombro, muy poca gente».
«Macri es hambre, escucho para todo el mundo. Yo estoy comiendo muy bien con Macri. Entonces Macri no es hambre. Háganse cargo. Trabajo hay un montón».
«En este taller este año comencé a dar cursos de herrería, donde en ocho clases enseñaba a la gente a trabajar, a soldar, a cortar. Dos alumnos tuve en el curso. Uno a la tercer clase se me fue. Terminé la octava clase con un solo alumno. Terminado el curso el tipo sabía todo para ser herrero. Un solo alumno. No quiere laburar nadie».
«No sé donde la Argentina tiene hambre. No sé donde Macri es hambre. Lo único que sé es que el hambre lo tiene la gente en la cabeza porque no tienen ganas de progresar».
«Estoy como loco viendo autos 0KM todos los días en la calle. Los domingos voy al shopping de San Justo y está todo absolutamente lleno. Shopping, cine, casas de ropa, estacionamiento, auto nuevo, auto nuevo, auto nuevo. No sé dónde está el hambre. El hambre está en la cabeza del argentino».
«Trabajo hay, y trabajo sobra. Ahora hay un problema, no consigo un solo empleado que quiera laburar. La mayoría de la gente que viene quiere ganar más plata que yo, porque sus derechos, sus derechos, sus derechos. ¿Y saben dónde están metidos sus derechos? En el mismo derecho que tengo yo. Y para que uno tenga derechos, debe tener obligaciones».
«Todos vienen con el celular whatsapeando las doce horas que están laburando acá. El otro día una persona estaba sacando una cárter y mandando Whatsapp. Vergüenza, dan vergüenza. Falta de respeto, porque después se enojan y piden sus derechos».
«En este país todo el mundo puede darse un gusto, pero es muy fácil. En Estados Unidos 3 x 8 es 24. Ocho horas de trabajo, ocho horas de esparcimiento y ocho horas de descanso. El gran problema no está en el trabajo. El gran problema está en la mente del argentino y en los gremios».
«Uno tiene que empezar a poner el lomo. Si no ponen el lomo muchachos, esto se termina. Entonces antes de decir que Macri es hambre, fíjense que el hambre lo tienen ustedes en la cabeza. Pero tienen hambre de aprendizaje, hambre de cultura, y hambre de ganas». Concluyó el mecánico de La Matanza.
Claras como el agua las palabras del protagonista del video que acompaña esta nota, muestran que antes de hablar livianamente de que «Macri es hambre», uno debe ponerse a trabajar y ganarse el pan con el sudor de su frente y no esperar a que vengan a golpearle la puerta regalándoselo.
Así que la próxima vez que escuche la frase «Macri es hambre», vea bien de quien viene y tendrá una idea de cómo está esa persona parada en la vida. Si del lado de los que esperan que le regalen el pescado o del lado de los que buscan pescarlo por sí mismos.