Cayó Diego Brancatelli

Durante años defendió sus ideas con vehemencia, se enfrentó a políticos, colegas y hasta al propio rating. Pero esta vez, el golpe no vino desde un adversario ideológico… sino desde adentro. Desde lo más íntimo. Desde donde nadie imaginaba.

Diego Brancatelli, el periodista combativo y verborrágico, cayó. Y no fue en cámara ni en un cruce televisivo. Cayó en su vida personal, en su hogar, en la trinchera que juraba proteger. Muchos dicen que cayó por P3l0T()D0.

Todo comenzó con un silencio. Un celular que dejó de sonar, una mirada esquiva, un leve temblor en la voz. Luego, las sospechas. Y más tarde, el estallido: algo oculto estaba a punto de salir a la luz.

Durante días, el murmullo fue creciendo. Se hablaba de «mensajes», de «una compañera», de «encuentros», de «chats comprometedores». Nadie se animaba a afirmarlo, pero todos lo intuían. Hasta que explotó. El rumor se volvió certeza. El misterio, una bomba: Brancatelli fue descubierto en una infidelidad que llevaba años oculta.

Sí. Años. No fue un desliz de una noche ni un error fortuito. Fue una doble vida mantenida con precisión quirúrgica, disfrazada de viajes laborales, reuniones de producción y excusas que, en retrospectiva, suenan burdas. Las pruebas aparecieron y no dejaron margen de duda.

El escándalo no solo sacudió su hogar, sino también a su entorno profesional. Colegas que lo admiraban hoy callan incómodos. Productores que lo convocaban dudan. Y en las redes, las reacciones fueron tan virales como feroces.

Cecilia Insinga es una reconocida periodista argentina, conocida por su labor en medios televisivos y radiales. Casada con Diego Brancatelli desde 2012, la pareja tiene dos hijos en común. A lo largo de los años, han compartido tanto su vida personal como profesional, siendo una de las parejas más visibles del ámbito periodístico en Argentina.

Luciana Elbusto es una periodista y comunicadora argentina que ha trabajado en diversos medios de comunicación. Mantenía un perfil bajo hasta que estalló el escándalo con Brancatelli. ¿Lo habrá filtrado ella para llegar al Bailando?

Mientras tanto, él se refugia en el silencio. La imagen del polemista que lo enfrentaba todo, hoy se desvanece tras una cortina de escándalo personal. Algunos especulan con un retiro temporal. Otros, con una contraofensiva. Pero la caída ya ocurrió. Y cuando el telón de la moral cae sobre un personaje público, no hay guion que lo salve.

Diego Brancatelli no cayó por sus ideas. Cayó por sus actos. Puso la chaucha en remojo, acogotó el ganzo, llenó la cocina de humo y ahora deberá pagar los platos rotos.