¡Qué feo es tener que dar malas noticias, y mucho más cuando el involucrado es un conductor de la talla de El Negro González Oro! Pero algunas cosas no se entienden, y lo que acaba de hacer el locutor y periodista es, sencillamente, reprochable. Y lo peor es que estamos hablando de alguien con décadas de experiencia en los medios, no de un novato que pudiera cometer errores por inexperiencia o desesperación por conseguir un lugar.
El Negro González Oro ha tenido una pésima actitud que merece ser señalada, porque no es común que una figura de su nivel actúe de una manera tan desubicada. ¿Qué hizo? Todo tiene que ver con lo que está ocurriendo en Radio Mitre y con su emblemático conductor, Jorge Lanata.
Como es de público conocimiento, Lanata está internado desde hace más de dos meses. Su estado de salud es delicado, pero el programa debe continuar y, mientras tanto, la emisora ha estado buscando un reemplazante temporal que pueda cubrir el espacio que el periodista dejó vacante. Se han barajado varios nombres y los productores han sondeado a algunos candidatos, manteniendo el debido respeto por la situación.
Es en este contexto que se desató el escándalo. Según fuentes cercanas a la radio, El Negro González Oro llamó personalmente a los productores de Radio Mitre para ofrecerse como reemplazo de Lanata. Sí, leíste bien: ¡El mismo González Oro levantó el teléfono y se ofreció directamente para ocupar la silla de uno de los periodistas más respetados del país!
Este movimiento no solo ha generado rechazo en el círculo de la radio, sino que también dejó una pésima imagen del propio González Oro. ¿Cómo es posible que alguien con tantos años en el medio no entienda que esto es una falta de respeto en varios niveles? Primero, porque se adelanta a los hechos: si bien Lanata sigue internado, nada asegura que no pueda regresar a su programa en cualquier momento. Ofrecerse cuando aún no hay certeza de la situación final de Lanata es, cuanto menos, oportunista.
Segundo, porque ofrecerse personalmente refleja una ambición desmedida y una total falta de ética profesional. En lugar de esperar, como lo haría cualquier colega respetuoso, El Negro González Oro decidió saltarse todas las formalidades y lanzar su candidatura de manera descarada, sin que nadie lo haya tenido en cuenta previamente. Su actitud ha dejado a más de uno con la boca abierta.
Quienes lo conocen de cerca aseguran que González Oro siempre ha tenido un carácter fuerte y una actitud competitiva, pero esto ya roza lo vergonzoso. A esta altura de su carrera, uno esperaría más altura y prudencia de una figura que ha pasado años frente al micrófono y que conoce las reglas del juego mediático.
Desde este medio no podemos sino repudiar la detestable actitud de El Negro González Oro. No es aceptable que, en una situación tan delicada como la de Lanata, alguien utilice su mal momento para tratar de avanzar en su propia carrera.