Felicitaciones Gigoló. Nunca es tarde

Un buen día del año 2015 los argentinos nos enteremos de la existencia de un hombre de nombre Javier Bazterrica al que algunas mujeres lo acusaban de estafador.

Es que en ese entonces Flavio Mendoza salió en los medios de comunicación a decir que Javier Bazterrica era un Gigoló que vivía de las mujeres y que le había robado a su hermana 50.000 dólares.

Inmediatamente a Javier Bazterrica le quedó el mote de Gigoló y mientras el hombre se defendía en los medios de comunicación, la justicia actuaba.

Llegó el día en que los jueces se expidieron y sentenciaron a Javier Bazterrica a la pena de 3 años de prisión en suspenso, por lo que el Gigoló no fue a la cárcel.

Con una pena sobre sus espaldas y con media docena de mujeres despechadas que lo seguían acusando de haber vivido de ellas, Javier Bazterrica tuvo que reinventarse y comenzar una nueva vida.

La nueva vida del Gigoló

Javier Bazterrica aprendió la lección y en forma inmediata una vez que terminó su proceso judicial comenzó a trabaja de DJ pasando música en fiestas privadas que lo contrataban porque ya era conocido.

El hombre, lejos de quejarse por ser «El Gigoló», tomó el toro por las astas, bajó la cabeza y se puso a trabajar.

En una de esas noches de música, Javier Bazterrica conoció a una joven de nombre, Ana Clara con la que quedó fascinado.

Tras salir un tiempo, ambos formaron pareja y en Enero pasado fueron padres de una niña, lo que motivó a Javier Bazterrica a formalizar la relación.

“¡Enamorado de ellas! ¡Feliz por la vida que tengo!”, expresó el hombre a inicios de año y recientemente anunció que había decidido pasar por el registro civil a ponerle la firma y oficializar ante la Ley su relación: “Señores, me caso con mi gran mujer. Inmensamente feliz”.

Además de trabajar pasando música, Javier Bazterrica es emprendedor, y tiene un bar y una casa de ropa en CABA.

De esta manera, el Gigoló demostró que se puede salir adelante y dejar atrás un pasado que lo tenía desbandado, y de a poco ir asentándose primero laboralmente y luego sentimentalmente.

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Javier Bazterrica y su esposa, Ana Clara

Hoy Javier Bazterrica es feliz con su trabajo, sus emprendimientos y su esposa e hija. Dejó atrás todo lo malo y está disfrutando de todo lo bueno que le puede dar la vida a quien trabaja honradamente, con fe y esperanza.