No son buenos momentos para el querido y prestigioso periodista Ignacio González Prieto. Su voz, reconocida en distintos medios de comunicación, hoy atraviesa un silencio impuesto por las circunstancias. En un posteo en redes sociales, el periodista compartió su realidad actual, dejando entrever su tristeza y abatimiento. Su historia refleja la vulnerabilidad de los trabajadores de los medios y la arbitrariedad con la que, en ocasiones, se toman decisiones que afectan vidas y carreras.
Hasta hace poco, Ignacio González Prieto formaba parte del equipo de panelistas de Mañanísima, el programa matutino conducido por Carmen Barbieri en El Trece. Sin embargo, su participación llegó a un abrupto final debido a la reestructuración de la programación del canal, tras la incorporación de María Belén Ludueña a las mañanas de la señal.
La llegada de Ludueña, esposa de Jorge Macri, no sólo significó una nueva propuesta televisiva sino también el desplazamiento de figuras que venían consolidando su lugar. Una vez más, la influencia y los contactos parecen haber jugado un papel determinante, dejando en el camino a trabajadores valiosos que de un día para el otro se ven obligados a replantear su futuro profesional.
La decisión del canal no solo afectó a Ignacio González Prieto, sino también a Carmen Barbieri y a otros miembros del equipo. Con la llegada de Ludueña, el destino de Mañanísima quedó sellado y con ello, el de sus integrantes. La televisión argentina, que tantas veces ha sido testigo de cambios abruptos y decisiones corporativas que priorizan intereses particulares, volvió a mostrar su costado más ingrato.
Hoy, el periodista se encuentra sin ingresos y decidió compartir su angustia en redes sociales. En un posteo en su cuenta de Instagram, escribió con sinceridad: «Este año perdí dos trabajos importantes, como muchos argentinos, pero sigo adelante». Sus palabras reflejan la incertidumbre y la lucha diaria de quienes, a pesar de los golpes, buscan reinventarse en un mundo laboral cada vez más inestable.
«En la vida, me tocó varias veces perder trabajos. Donde en el mejor momento, quedás afuera. Y las explicaciones no sirven. Siempre hay algo que no se dice o se busca una excusa», agregó. Sus seguidores, colegas y amigos no tardaron en expresar su apoyo y solidaridad, entendiendo que detrás de cada despido hay una historia personal que duele.
Lejos de rendirse, González Prieto decidió mirar hacia adelante y explorar nuevas oportunidades. «Estudiando, pensando, proyectando y buscando nuevas oportunidades. No hay que bajar los brazos, aunque cueste. Me apoyo en gente que me quiere, que me apoya y que me desea lo mejor», manifestó.

Con la resiliencia que lo caracteriza, anunció su intención de emprender nuevos desafíos. «Sigo adelante. Ya vendrán tiempos mejores. Voy a empezar a hacer conferencias, cursos, charlas, reuniones, clases de derecho, seguridad, criminología, criminalística o conducción de eventos para distintas organizaciones». Asimismo, dejó un correo de contacto para quienes deseen contar con su experiencia y conocimientos: igonzalezprieto@undav.edu.ar.
Desde este medio, nos solidarizamos con Ignacio González Prieto y le enviamos nuestro apoyo en este difícil momento. Esperamos que pronto encuentre nuevas oportunidades que le permitan seguir desempeñando su labor periodística con la pasión y el compromiso que siempre lo han caracterizado.
Mientras tanto, queda en evidencia una realidad preocupante en el ámbito televisivo: decisiones que parecen responder más a caprichos y contactos que al talento y la trayectoria. Que la televisión no se convierta en un espacio donde los méritos queden relegados a un segundo plano. Que las voces valiosas no sean silenciadas por intereses ajenos al verdadero espíritu del periodismo.