El dolor más profundo para cualquier padre es, sin duda, ver sufrir a un hijo. Quienes han transitado el camino de la paternidad lo saben bien: no hay temor mayor que el que se experimenta cuando la salud, la estabilidad o el bienestar de un hijo se ven comprometidos. En esos momentos, todo lo demás queda en un segundo plano. En esta ocasión, nos toca comunicar una noticia especialmente dolorosa y sensible, que involucra al querido artista argentino Palito Ortega y su familia.
En las últimas horas trascendió que Martín Ortega, el hijo mayor de Palito, debió ser internado de manera urgente en una clínica especializada en salud mental. La decisión fue tomada por orden judicial, luego de un proceso que, según informaron fuentes cercanas, no pudo concretarse de manera voluntaria.
El hecho se produjo el martes 29 de abril por la tarde, a las 17:45, cuando una ambulancia del SAME se hizo presente en el domicilio de Martín, ubicado en el Pasaje Galileo, en la zona de Recoleta. En el operativo participaron efectivos de la comisaría vecinal 2A, que actuaron bajo la instrucción del juez Trujillo, quien habría recibido previamente un informe profesional que justificaba la necesidad de proceder con una internación involuntaria.
El periodista Luis Bremer fue quien dio la primicia en el programa Desayuno Americano (América TV), donde detalló que el Dr. Trujillo, abogado de la familia Ortega, fue quien se comunicó para activar el procedimiento. La hermana de Martín, Julieta Ortega, lo acompañó durante el traslado, en un gesto que refleja el fuerte lazo que une a la familia y la voluntad de contenerlo en este difícil momento.
“La situación no fue traumática”, explicó Bremer. “Martín estuvo acompañado por Julieta, y fue internado con el objetivo de recibir la atención especializada que necesita. No se había podido dar de manera voluntaria. Cuando un paciente no reconoce que su voluntad está suprimida por una enfermedad de base psiquiátrica o por un consumo problemático, es la familia la que debe actuar, y en muchos casos se necesita de la Justicia para poder avanzar.”
El psiquiatra Rafael Herrera Milano, presente en el programa, explicó cuáles son los requisitos legales para que un juez autorice una internación involuntaria: “Primero, se necesita un dictamen profesional que certifique que existe un riesgo cierto e inminente para el paciente o para terceros. Segundo, debe constar que no hay otra alternativa eficaz al tratamiento que no sea la internación. Y tercero, deben haberse agotado todas las instancias previas. Sólo cuando se cumplen esas tres condiciones, el juez puede proceder.”
El parte policial al que tuvo acceso la prensa confirma que se trató de una intervención legal debidamente autorizada. “Se recibió llamado al 911 del juez Trujillo solicitando un móvil para dar cumplimiento a la internación psiquiátrica”, indica el documento. Y agrega: “Al llegar al lugar se exhibió la orden judicial de internación involuntaria por considerarse un peligro para sí y para terceros el señor Martín Ortega, hijo del ex cantante Palito Ortega”.
El mismo parte también destaca la presencia de Julieta Ortega como acompañante durante el operativo, y aclara que no hubo presencia de medios periodísticos en la vivienda.
Hasta el momento, la familia Ortega no ha emitido ningún comunicado oficial ni ha difundido parte médico alguno sobre el estado de salud de Martín. La reserva con la que se maneja la situación es comprensible, dado el carácter íntimo y delicado del caso.

Desde este medio, expresamos nuestra más sincera solidaridad a Palito Ortega y a toda su familia en este momento tan difícil. Palito, un símbolo de la música popular argentina, no solo ha dejado huella con su arte, sino también con sus valores familiares y su compromiso con sus seres queridos.
Deseamos de todo corazón que Martín reciba la atención que necesita, y que pronto pueda recuperar la estabilidad y el bienestar. Sabemos que cuenta con el amor incondicional de su familia, y eso, sin duda, será clave en su proceso de recuperación.
La salud mental es un tema que debe ser abordado con responsabilidad, empatía y sin estigmas. Casos como este deben servir también para concientizar sobre la importancia de detectar a tiempo los signos de alerta, y de brindar acompañamiento a quienes atraviesan una crisis. Nadie está exento, y todos merecen ser escuchados, comprendidos y cuidados.