En medio de un contexto económico desafiante, el renombrado actor Pablo Alarcón, de 76 años, ha dejado claro su anhelo de cambio de cara a las próximas elecciones presidenciales de octubre, enfocándose en un mensaje de lucha contra la corrupción en el país.
El protagonista ha acaparado titulares en los últimos días al compartir su actual situación laboral, revelando que se encuentra realizando actuaciones callejeras en plazas a cambio de donaciones, en busca de solventar sus necesidades económicas. Esta confesión personal ha servido de plataforma para que el actor alce su voz en relación a la importancia de un cambio profundo y significativo en el país, justo antes de las elecciones que se avecinan.
Durante el pasado fin de semana, Pablo Alarcón fue recibido con una ovación por parte de una multitud en la emblemática Plaza Francia, un gesto que agradeció profundamente. En una conversación con el programa «De Una» de C5N, el artista compartió una porción de su discurso y además adelantó sus planes de llevar a cabo actuaciones frente a la Casa de Gobierno, en la Plaza Congreso y en la Plaza Libertad.
En medio de esta exposición pública y sus declaraciones apasionadas, el actor se enfrenta a la preocupación de ser etiquetado políticamente y quedarse en una posición vulnerable debido a sus creencias. Sin embargo, Alarcón no parece amedrentarse por esta posibilidad y enfatiza su compromiso con la lucha contra la corrupción. En sus propias palabras: «Yo estoy luchando contra la corrupción, no me importa. Yo tengo grandes amigos, compañeros y colegas que abrazaron a la corrupción. Yo vi fotografías de políticos oficialistas rodeados de colegas, que hagan lo que quieran, yo apoyo la libertad, la justicia y estoy en contra de la corrupción. Si a este país no lo salvan políticos honestos, no lo salva nadie».
Cuando se le preguntó sobre si alberga esperanzas específicas respecto a los candidatos que se presentarán en las próximas elecciones, Alarcón no titubeó al responder afirmativamente: «Sí, tengo esperanzas en alguien que conozco, es una persona honesta y tranquila». Aunque inicialmente evitó mencionar nombres, ante la insistencia reveló que se refería a Patricia Bullrich. En un relato que humaniza a la figura política, Alarcón compartió su experiencia personal al visitar la casa de Bullrich, destacando la simplicidad de su hogar y su compromiso con tareas cotidianas como cocinar y servir la comida. En última instancia, el actor subrayó la importancia de la honestidad como criterio principal para la elección de líderes, proclamando que es este atributo el que puede reparar y transformar la nación.
«A Patricia Bullrich la conozco personalmente. He ido a comer a su casa. Tiene un departamento normal, le he tocado el timbre, salió el marido y me dice ‘Patricia está cocinando’. Sirvió la comida, levantó los platos…Votemos a la honestidad, con eso se arregla el país». Expresó el actor.
Las palabras de Pablo Alarcón resuenan en un contexto político en el que las voces de los artistas y figuras públicas adquieren un peso significativo. Su llamado a la lucha contra la corrupción y su respaldo a candidatos que él percibe como honestos reflejan un deseo palpable de cambio y regeneración en la sociedad. Además, su disposición a manifestar sus opiniones, incluso cuando podría exponerse a críticas o represalias, destaca su convicción y su pasión por un país mejor.