«Estamos preparados para cualquier escenario en Cuba», dijo Díaz-Rosillo durante una conferencia realizada por el Instituto de Estudios Cubano en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, en Miami.
Carlos Díaz-Rosillo, asistente del presidente estadounidense, Donald Trump, y director de Políticas y Coordinación Inter-agencias de la Casa Blanca, confirmó que el Gobierno de Estados Unidos está al tanto de los cambios que puedan ocurrir en Cuba tras la salida de Raúl Castro de la cabeza del Gobierno y se ha estudiado todas las situaciones posibles en el 2018, según informa Martí Noticias.
Aunque no quiso precisar qué opciones mantiene la Administración Trump, destacó el profesionalismo de los órganos de inteligencia estadounidenses, que proveen a la Casa Blanca de información para tomar decisiones.
El asesor exhortó a los presentes hacer aportes a la lista de entidades de los militares cubanos sancionadas por Washington. “Si piensan que falta algo para adicionar en la lista de entidades de los militares, díganlo. Se investigará y los departamentos (Estado, Tesoro y Comercio) tomarán las medidas necesarias (…) no se beneficiará al régimen de Castro”, agregó.
Igualmente, el funcionario afirmó también que el Gobierno cubano sigue siendo una amenaza para los planes de seguridad del gobierno Estadounidense.
“Mantenemos los elementos que creemos que beneficien al pueblo, no al régimen. Estamos abiertos a que manden todos los nombres de entidades que trabajan para el régimen”, insistió. “Un punto importante de las nuevas regulaciones es la aplicación de las leyes, de las regulaciones del embargo y la prohibición de los viajes a la Isla”, Insistió.
Recordó también que a los cinco meses de asumir la presidencia, Donald Trump viajó a Miami y expuso su política hacia el régimen de La Habana, anunciando las medidas que ahora se están implementando. «Entonces, en el Teatro Artime de la Pequeña Habana, el presidente pidió a los departamentos de Tesoro Estado y Comercio que elaboraran las regulaciones al respecto. Y cumplió su promesa», indicó el asesor.
Añadió que la Administración anterior no obtuvo nada del régimen cubano tras la reapertura de las relaciones y de haber hecho varias concesiones. «Dieron todo lo que le pidieron en La Habana, a cambio de nada en retorno», reflexionó Díaz-Rosillo. «Hay más opresión en Cuba, pero ya esos días terminaron, como dijo Trump en Miami», Indicó.
“El régimen de La Habana continua siendo una amenaza para los intereses de la seguridad de Estados Unidos”, afirmó el funcionario, y recordó el envío del cargamento de armas a Corea del Norte, el cual consideró como una violación de las resoluciones de la ONU, igualmente la alianza con Irán y la intromisión en Venezuela.
«Mantenemos los elementos que creemos que beneficien al pueblo, no al régimen. Estamos abiertos a que manden todos los nombres de entidades que trabajan para el régimen», enfatizó. «Un punto importante de las nuevas regulaciones es la aplicación de las leyes, de las regulaciones del embargo y la prohibición de los viajes a la Isla», precisó el funcionario.
Respondiendo a una de las preguntas del público, Díaz-Rosillo indicó que no se ha tocado en discusión por el momento el tema de las remesas ni la posibilidad de viaje a la Isla de los cubanos residentes en el país estadounidense, y que esto «puede ser un segundo paso, pero no está ahora previsto» revisar esos temas.
Agradeció a todos los presentes por todas las propuestas e ideas expuestas. «Uno de los grandes beneficios de estas conversaciones es conocer qué pasa en el terreno en términos de abusos de la ley», dijo.